Sin duda, son mucho menos invasivos que los preparados alopáticos, pero no es estrictamente cierto que nunca tengan efectos secundarios. Son preparados médicos, por lo que pueden tener algunas contraindicaciones. Por ejemplo, no es necesariamente cierto que el mismo medicamento sea adecuado para todos los tipos de dolor de estómago: solo un médico sabe qué preparación se adapta mejor a cada paciente y, en ese caso, los medicamentos de dosis baja deben ser prescritos por un médico.